EL RINCÓN LITERARIO: 5, 6, 7 TO YOUR HEART

 



Especial: "Un Reencuentro Inesperado"



En cuanto Leorio le confirmó a Killua que uno de sus amigos vendría al país por unos días, de la nada organizaron una reunión de toda la "antigua banda", ¡Incluso Gon con su familia vendrían desde Londres para la ocasión!


Al parecer este amigo es bastante especial para ellos.


- ¿Antigua banda? – Le pregunté al albino que es mi jefe, mi roommate y, algo más también.

- Sí, nos conocimos hace años, y hemos pasado por mucho juntos, ¡Me alegra de que los vayas a conocer! – Se despidió de mí con un beso y se fue a terminar unos quehaceres en su oficina.

- Ho, ho ~ - Bufó Eddie interesado – Al parecer desde que volví de mi Luna de Miel las cosas cambiaron en la Productora...

- Calla, hombre casado. Todo sigue igual. – Dije ruborizada. Y de hecho, las cosas han cambiaron mucho desde que volvimos de nuestro viaje a Japón.


De partida, ¡Obtuvimos los dos contratos que necesitábamos para el evento de fin de año! Y Killua y yo... Bueno, hemos intentado tener algo más serio. Ha costado, debo admitirlo, pero no por nosotros, sino por el entorno: Por eso nos demoramos mucho en "oficializar" acá en la productora nuestra relación, cuando de hecho ya todos asumían que las inexplicables desapariciones en público del Jefe (que volvían miserables a las revistas de espectáculos) y nuestro acercamiento como su asistente personal, reemplazando a Eddie por su luna de miel, tenían sentido.


¡Hasta su fanclub aceptó que estuviéramos juntos! Me imagino que fue porque odio mostrarme acaramelada en público y antepongo el trabajo en la oficina... Porque si hablamos en cómo soy en privado...


...


- Hey, Pirika – Mencionó Killua cuando llegábamos a casa. – mañana llegarán los muchachos, ¿No tienes problemas?

- ¡Para nada! – Se sentó en el sofá y se desabrochó un poco la camisa - ¿Cuántos días tengo que desaparecer?


Sus facciones cambiaron repentinamente como si mi comentario le hubiera molestado demasiado.


- ¿Desaparecer? – Levantó una de sus cejas, totalmente cabreado - ¿Quién demonios habló de que tienes que desaparecer?


Ok, esto me puso un poco nerviosa.


- Esto... - Me di media vuelta para ejecutar una salida dramática, pero como si Killua hubiera leído mis pensamientos, agarró mi cintura y me sentó sobre él, quedando su rostro a mis espaldas.

- ¿Acaso la señorita que anoche se acostó conmigo y desapareció mágicamente en la mañana tiene ciertos asuntos más importantes que atender, que presentarle a mis amigos? – No sé qué de todo lo que dijo, hizo que me ruborizara más, pero para cuando lentamente subió sus manos por el frente de mi cuerpo y giró mi rostro, con el fin de observarme...


Me encontró tan roja que no pudo contener su risa en mi hombro.


- ¡So... Solo no quiero ser una molestia!

- ¡Mujer, no eres ninguna molestia, entiende! – Apoyó su mentón sobre mi hombro y suspiró profundamente – Además... es otra la que tiene mal dormir.

- ¿Qué? – Di vuelta mi cuerpo, indignada, para mirarlo fijamente - ¿Perdón? ¿Pero quién es el que patea y me bota de la cama? ¡Y qué hay de las sábanas! ¡Casi no dejas ropa para taparme, y hace frío!

- ¡¿EEEHH?! – Se acercó más a mí, y nuestras narices chocaron - ¡¿Y quién es la que se venga poniendo sus manos y pies congelados entremedio de mi cuerpo?!

- ¡Cuando duermo soy un témpano de hielo, señorito! ¡Por eso cuando me acuesto me transformo en un rollo de canela!

- ¿Un rollo de canela?

- ¡Me envuelvo! ¡Así como ahora! – Y aprovechando que estaba sentada sobre él, lo acosté en el sillón y lo abracé, tratando de encoger mi cuerpo y a la vez me tapaba con su chaqueta, que todavía tenía puesta.

- ¡Hey! ¡Para! ¡Me haces cosquillas!




Pero para esa noche, no me podía quedar dormida, ¿Quién será el otro amigo de Killua, Gon y Leorio? ¿De qué cosas se acordarán? ¿Le caeré bien? Entre tanto que pensaba y me imaginaba el aspecto de su amigo, más vueltas me daba en la cama de Killua, y menos lograba conciliar el sueño, Hasta que recibí un almohadazo en plena cabeza.


- Ya duérmete, mujer, mañana tenemos que ir a trabajar. – Acomodó su arma en su espalda y con sus brazos me rodeó el cuello y mis costillas, haciendo que me dejara de mover.

- No me puedo mover.

- ¿Cómo demonios tienes tantas energías después de lo que acabamos de hacer?

- Hem... - Lo miré divertida y ruborizada por acordarme de toda la acción que recién tuvimos. – Es porque te las robé.


Y eso hizo que él se avergonzara y se acostara de lleno sobre mí.


- ¡HEEEEY AHORA NO PUEDO RESPIRAR!

- Shhh... duérmete. – le golpeé la espalda para que se bajara, pero él solo se durmió.


¡Pero sirvió para que despertara tapada con un edredón albino! No se movió en toda la noche y amanecí con su suave olor que me hizo el día más feliz, a pesar de que era fin de mes y eso significaba los cierres de la Productora.




Bleh, qué importaba si en la tarde aparecieron Gon, Millie y Leorio.




- ¡Bienvenidos! – Los saludé en cuanto entraron, y no pude evitar correr a abrazar a Millie.


Desde que conocí a aquella pelirroja en la boda de Eddie y Aisha, conversamos todos los días y nos hicimos buenas amigas. De hecho me comentó que conocía a Gon y Killua de hace años, e incluso tienen unas cuantas anécdotas entretenidas las cuales me iba a comentar cuando nos viéramos.


Cuando pasaron los tres, un hombre delgado, un poco más alto que yo, de cabello rubio y de traje ceñido al cuerpo apareció detrás. Sus ojos eran café, muy serios, y saludó a Killua con educación.


- Ha pasado un tiempo, Killua. – Sonrió levemente.

- Hola Kurapika – Su desdén al devolverle el saludo era el típico de cuando habla con Leorio.

- ¡Hey, hey, Kurapika! – Dijo animosamente Leorio, abrazándome con cariño – ¡Nos creció Killua! ¡Mira, ella es su novia!


Eso hizo que ambos nos avergonzáramos, porque somos tan idiotas que no nos referimos a nosotros mismos como "novios".


- ¡Qué dices viejo, cómo que crecí! – Killua se puso a discutir con Leorio, pero su cara completamente roja solo logró que él lo molestara más.

- BUAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAA ¿Para qué te sonrojas tanto, niñato?

- Es un placer conocerte, Pirika – Se dirigió a mí Kurapika.

- El placer es mío, Kurapika – Le hablé de vuelta, y Gon y Millie nos invitaron a conversar más tranquilamente fuera del alcance del par de revoltosos.

- ¿Y dónde dejaron a Ian y a Sally? – Les pregunté sirviéndoles algo de beber.

- Aisha se ofreció a cuidarlos por el fin de semana – Dijo Millie tomando una copa para que la llenara de vino – De hecho está considerando tener los propios, ¡Así que encantada le dejé que practicara con los míos!

- ¡Pero no es justo, ya vienen educados por ti y por Gon! – le repuse.

- Sí, pero así nos dejan pasar un momento a solas, ¿No, querido? – En cuando le guiñó un ojo, el pobre se puso colorado y nervioso, y eso nos causó gracia.

- Veo que siguen igual que siempre, chicos. – Comentó alegre Kurapika. - ¿Y, no te ha causado muchos problemas Killua, Pirika?

- ¿Eh? ¡Para nada! De hecho ya estoy acostumbrada a sus locuras.

- ¿De verdad? ¿Incluso a las apuestas? – Preguntó asombrado Gon.

- Desde que lo hice creer que le debía dinero a la mafia escocesa, dejó las apuestas.

- ¡¿La mafia escocesa?! – Hasta Kurapika se impresionó por ello.

- ¡De hecho eran unos amigos míos disfrazados solamente! Era un susto lo que le quería causar.

- ¡Qué estás diciendo ahora, Pirika! – Llegó Killua al lado de nosotros, después de vencer a Leorio en una pelea rápida.


Sus amigos se burlaron de él y la mafia escocesa, y en cuanto Leorio se puso al corriente de lo que conversábamos, también lo hizo. La noche pasó tranquila y nos íbamos turnando para hablar sobre anécdotas de cada uno, inclusive de Kurapika, cuando se quejó de que Leorio lo acosaba en cuanto lo conoció porque según él, era muy tranquilo.


De a poco, con Millie nos íbamos alejando para darles su espacio a los muchachos, y pudieran conversar más relajadamente.


- Hey, así que mafia escocesa... ¡Eso me hubiera gustado verlo!

- Sí, de hecho llegaron acá con kilts y hablando entre gaélico y español. Fueron convincentes.

- ¡Me alegro! Porque ese idiota cayó redondito en tu trampa. – Yo solo reí.

- Hey, Pirika, ¿Puedes venir un momento? – Me preguntó Leorio con su corbata adornando su frente.

- ¿Qué sucede? – Me acerqué.

- ¿De verdad la hayas familiar, Kurapika? – Gracias por el tono de desconfianza, Killua.

- Sí, creo haberla visto en el pasado... Dime, Pirika... - Pensó por un momento lo que quería preguntarme, y eso hizo que me fijara más en sus rasgos, y sí, también sentía un aire familiar en él, ¡Se veía como un príncipe! - ¿Puedes ver esto?


Me mostraba su mano desnuda. Yo no veía nada pero sentía algo extraño alrededor mío.


- Ah, ella sí puede percibirlo, Kurapika, de hecho conoce el mío. – Le dijo en un tono normal el albino con el que vivo.

- ¡Tch! A estas alturas qué no le has mostrado, muchacho – Se burló Leorio y eso otra vez nos hizo enrojecer.

- ¡Oh! ¡Ahora me acuerdo! – Dijo Kurapika al verme sonrojada. - ¡Eres la muchacha que salvamos del ataque de Fumuri!

- ¿Fumuri? – Preguntamos todos al mismo tiempo.

- ¿No recuerdas? El asesino en serie que momificaba a sus víctimas. – Killua lo miraba sin recordar. – Esa vez que te pedí que me ayudaras a encontrar a uno de mis blancos porque se había fugado a este país.

- ¡Ah! Ya lo recuerdo, ¡Pero eso fue hace tiempo! De hecho ni siquiera me había venido a vivir aquí.

- ¿Cuándo fue eso? - Les dije un poco confundida.

- ¡Hace años! De lo poco que me acuerdo, fue que acorralé al sujeto ese que había tomado de rehén a una escolar.

- ¡OHHH! – Me sorprendí al recordar - ¡Tienes razón! Era un tipo alto, y recuerdo que le hablaba a la nada mientras me sujetaba. Y yo me asusté donde no me soltaba.

- ¿Pero quién fue el que la salvó y quién capturó al tipo? – Preguntó muy interesado Leorio. De esto dependía su siguiente media hora de burlas.

- Yo tomé a la niña, creo – Dijo Killua dudoso - ¿No te acuerdas, Pirika? – Yo negué con la cabeza.

- Solo me acuerdo que escuché una voz que me dijo que ya todo estaba bien, y luego vi un rostro amable como el de Kurapika.

- ¡Ha! ¡Ha! – Se burló Leorio – ¡Para variar el príncipe encantador fue Kurapika! ¡Y no se acuerda de ti, a pesar de que ahora es tu novia!

- ¡Deja de molestar anciano!

- Pero puede ser que... - Me dirigí a Killua antes de que golpeara a Leorio - ¿Me hayas dicho una pesadez?

- ¿? – Me miró confundido. – Puede ser, suelo ser molesto.

- ¡Y vaya qué molesto! – Dijeron todos al mismo tiempo y eso me causó risa.

- ¡Hey! – Killua se indignó.

- ¿Pero recuerdas algo más, Pirika? – Preguntó Gon.

- Vagamente recuerdo que él me dijo algo que me molestó, pero se excusó con un "es broma".

- Sí, definitivamente es el mismo idiota. – Volvieron a decir todos al mismo tiempo.

- ¡HEEEEEY!

- BUAJAJAAJJAJAJAJAJAJAJA – Volvió a reírse Leorio. - ¡No pudiste conquistarla en ese momento, muchachito!

- ¡Qué te metes tú! – Se cruzó de brazos el aludido. – Por lo menos tengo a alguien.

- ¡Oh, eso es bajo, maldito bastardo! – Se quejó su amigo - ¡Pero no soy el único!, ¿Verdad Kurapika?




Silencio.




- ¿Kurapika? – Preguntó Gon y Millie lo miraba sorprendida.

- De hecho... vine para contarles que hay alguien a quien estoy viendo...

- ¡¿KHÉ?! – Todos se veían más que sorprendidos.

- ¡¿Ahora estoy solo?! – Se quejaba el pobre hombre medio borracho con una corbata en su frente.

- Tranquilo viejo, con la Licencia de Cazador puedes comprarte una esposa, ¿No que el dinero todo puede comprar?

- Te las verás conmigo, ¡Mocoso engreído!



FIN

Comentarios

Entradas populares