EL RINCÓN LITERARIO: 5, 6, 7 TO YOUR HEART
Reunión de Negocios
Pasamos un fin de semana más que nervioso con Killua. Tuvimos que hacer la presentación para los accionistas, aprendérnosla y preparar los informes y todo el material que le debíamos entregar... Además de toda la preparación psicológica que traía el enfrentarme por primera vez a los demonios que ponían el dinero para que esta humilde productora continuase en el mercado.
Creo que apenas dormimos esos días, ya que el lunes ni siquiera nos dio para preparar un desayuno digno, uno porque mi estómago era una barrera impenetrable que apenas me dejaba pasar agua cruda, y otra porque Killua no paraba ni de tomar café, ni de forcejear con el nudo de su corbata negra.
- Cálmate, Killua, no te pongas nervioso, ellos lo olerán.
- ¡Lo sé! Pero no siento que esta sea una corbata, siento que es un yugo y ellos me tienen acorralado... Si tan solo pudiera patearles el trasero como antes...
- No, no, los todo-vale no sirven para ganar la confianza de los acreedores. – Lo tomé de los hombros y choqué mi frente con la de él – Mantente tranquilo.
Y preferí abrazarlo para que se calmara. Él me correspondió el abrazo, y me sujetó con fuerza por mi cintura.
- Desearía tener tu tranquilidad, pero estoy más preocupado por ti, que por lo que me agobiarán. – Sentir nuevamente sus palabras suaves acariciar mi nuca y vibrar hacia mis oídos no hizo más que acalorarme, y a la vez estremecerme de dolor.
- De mí no te preocupes, yo me puedo cuidar. – Me separé de él, peinando mi cabello hacia un lado. – Tengo un plan que no fallará.
Ya en la oficina, nos llevamos unos papeles y otros artículos y nos dirigimos hacia la sala de conferencias, en donde recibiríamos a todos los accionistas de la empresa. Le pedí a Killua que me esperara un poco antes de ordenar la sala, ya que debía ir al baño.
Cuando iba volviendo del baño, me encontré con la mejor escena que pudiera pagar, rememorando la fiesta de Halloween...
- ¡Jefe! Supimos que hoy tendrá una reunión importante con los accionistas por el nuevo proyecto que estaremos realizando, ¡Así que vine a darle otro hechizo para la buena suerte!
- Señorita Akizuki, estamos muy ocupados tratando de llevar a cabo una reunión con los lobos más feroces del mercado. Si no tienes una ayuda que dar, por favor, VETE: - Le dije lo más formal y perramente posible, caminando de forma lenta y agraciada en mis zapatos de taco alto, que compré con el sujeto que me miraba con sus ojos sorprendidos.
Pasé por al lado de ambos, mirando de forma arrogante a la Chica de Marketing que estaba perpleja por mi actitud. Mi cabello atado en una semi-cola ondeaba con mis movimientos naturales, y la falda que me puse en el baño ceñía mi paso y hacía que fuera más notorio el hecho de que estaba más cabreada que en la noche de la fiesta, y mi blusa de satín color púrpura profundo, hacía que me sintiera como la mujer más importante en esa sala, pasando a tercera categoría la patética mujer pechugona que mendigaba darle un beso al albino que se impresionó por mi cambio.
- ¿No que estabas nerviosa por la presentación? – Me dijo divertido ese sujeto cerrando la puerta detrás de él, para encerrarnos en la sala de conferencias.
- Pfff, tu enamorada acaba de darme la suficiente confianza para mandar al diablo a todo aquel que me lleve la contraria.
- ¡¿Mi enamorada?! ¡Qué el infierno me salve de esa mujer! – Su cara de asco me hizo reír, pero me salió de forma suave y sensual. Por un momento me alegré de su respuesta.
Los accionistas no tardaron en aparecer y como ya los había estudiado antes gracias a Killua, él me presentó a cada uno como su mano derecha, la encargada de operaciones de la empresa y yo los saludaba por su nombre. Fue un detalle que ellos aceptaron sorprendidos.
Di pie a la presentación, mostrándoles cuál era el objetivo del proyecto, a qué público llegaría y cuál era el concepto que a grandes rasgos se haría. Luego Killua habló del presupuesto que se necesitaría para llevarlo a cabo, la viabilidad de este y cómo se suponía que obtendríamos los elementos que necesitábamos del extranjero.
Y nuestro proyecto era, trabajar asociados a una pequeña productora de eventos de animé salida de un club universitario, para hacer un evento de mayor magnitud trayendo estrellas populares de Japón. O sea, uniríamos los conciertos propios de Netero Producciones con las actividades típicas que acostumbraban a ir una gran parte de los trabajadores de la Productora.
- Un momento, si se supone que enviarán a alguien a negociar los contratos con los idols a Japón, ustedes deberían ya tener a alguien capacitado para ello. – Mencionó uno de los accionistas de la empresa, el dueño del holding infantil Phantomhive. – Y hasta donde tengo entendido, es primera vez que hacen esto en Netero.
- Pero Pirika tiene experiencia en negociación con japoneses, ¿Verdad? – Musitó entretenido Pariston.
- Efectivamente, Señor Pariston. Me hace sentir halagada que haya investigado mi currículum. – Dije con una leve reverencia. – Trabajé por unos años en una compañía que tranzaba únicamente con Japón, y me tocó asistir y cerrar contratos.
- Vaya, tienes a una anfitriona, joven Killua, por eso te la quieres llevar a Japón, ¿Eh? – Rio de forma picante otro de los accionistas, el CEO de las cadenas de restaurant JM.
Eso hizo que me ardiera mi "Martin McFly".
- Yo no... - Killua me detuvo y se puso delante de mí.
- Mi mano derecha no se ganó este puesto por saber cómo "entretener" a los demás, sino porque supo cómo arreglar los errores que tú mejor amigo el viejo Happosai cometió en los últimos siete años en la productora, ¿O acaso no has visto cómo han subido los niveles de productividad de la empresa, Saotome?
El viejo calvo se quedó callado.
- No le hagas caso a este misógino, Zaoldyeck. – Dijo la única mujer presente, la famosa actriz Kashima Yuu. – Pirika, los japoneses somos implacables, pero por cómo te has comportado ante esta directiva... Eres lo suficientemente buena para manejar cualquier situación con nosotros.
¡La actriz más genial y multifacética me ha dado su bendición para conquistar su tierra natal, digo, para ir a negociar con los idols!
Y después de discutir unos detalles del presupuesto y el tiempo en que nos demoraríamos preparando el viaje, los contratos y las actividades en conjunto con la otra productora, terminamos saliendo de la reunión después de las 12.
Los accionistas se marcharon, contentos por el nuevo negocio, y el último en despedirse de nosotros fue el glamoroso Pariston.
- Pero qué presentación más prolija nos entregaron hoy, Joven Killua, Mademoiselle Pirika – y sujetó mi mano delicadamente para besarla como el pétalo de una rosa.
- Gracias por asistir Señor Pariston. – Atrás mío sentía como se electrificaba el ambiente a causa de la tensión de Killua. Al parecer al Jefe no le acomoda que el magnate jugueteé conmigo.
- Espero que tengan un buen viaje, y todo resulte bien.
Y se despidió de nosotros en cuanto su asistente cerraba la puerta por fuera, dejándonos solos en el gran salón de conferencias.
Nos sentamos encima de la mesa y suspiramos al mismo tiempo.
- Menos mal que acabó por fin la reunión...
- Mi estómago no da más del hambre – Dije apretándome el estómago y pegándole un cabezazo en el brazo a mi Jefe.
- ¡Pero si ni siquiera tomaste desayuno, tonta! Toma – Y me obsequió una barra de chocolate que traía en el bolsillo interior de su blazer.
- Gracias... - No quise despegar mi cabeza de su brazo.
- ¿Por el chocolate? No es nada solo dame un poco...
- Lo digo por lo del viejo calvo... - El levantó su cabeza acordándose de lo que había sucedido. – Si no lo hubieras parado en seco, me hubiera subido arriba de la mesa y le hubiera tirado una silla...
- Creo poder imaginarlo... - abrí el paquete del chocolate, y separé los primeros cuadritos.
- ¿Así que no soy una anfitriona para ti?
No le dejé dar su explicación, porque delicadamente le di el chocolate que partí... en su boca. Y luego de ver cómo su rostro pálido cambiaba sutilmente hasta un rojo carmesí tan brillante como su camisa, salté de la mesa y tomé el resto del chocolate, no sin antes acercarme a su rostro y darle un suave beso en la mejilla.
- Nos vemos después de almuerzo...
Y cerré la puerta, cuando oí desde el interior un "femme fatale" que me hizo el día.
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