EL RINCÓN LITERARIO: 5, 6, 7 TO YOUR HEART
Festival de Proyectos
Me pregunto cuál departamento ganó al final el derecho a escoger el viaje de Navidad... Con lo ocupada que he estado estos días buscando las entradas para los conciertos que deseaban mis afortunados, y además recibiendo las propuestas de los trabajadores para realizar nuevos eventos... ¡Terminé llevándome trabajo extra para la casa! Y eso, me ha quitado mucho tiempo valioso que pude haber invertido viendo mis series de estreno y leyendo mis interesantes relatos fantásticos.
¡Maldición!
Aunque debo admitir que tienen buenas ideas los trabajadores, y se notaban que los que llevaban ya un buen tiempo en el rubro tenían más que claro los pros y contras de sus proyectos.
En la mesa de centro tenía tres torres de carpetas con las ideas viables, las que no tenían sentido y las que aún no leía. De cuando en cuando Killua pasaba, dándome ánimos para continuar analizando.
- ¡Hay un par de proyectos que son bastante interesantes, Killua!
- ¿Oh? No me digas... - Me dijo desde la cocina – Pero no me interesa.
- ¡¿Eh?! Pero sí te veías tan entusiasmado ayer cuando recibí la tonelada de papeles.
- ¿Ayer? Ayer se supone que iría con mi roommate al cine a la función de estreno de una película, pero se quedó dormida antes... - Estaba muy cansada anoche y me quedé dormida leyendo cómo hacer un concierto desde una montaña rusa...
- ¡Ya te dije que lo siento! Si quieres vamos mañana a verla, la primera función es a las 11.
- No, ya no quiero – Refunfuñó comiéndose la comida china que ordenó. – Estás trabajando mucho, deberías hablarlo con tu jefe. ¡Tch! Qué se cree con quitarle el tiempo que mi roommate había prometido para mí.
Lo miré con cara de pocos amigos, ¡Cómo puede ser tan posesivo ese idiota! Así que preferí no tomarlo en cuenta y seguí leyendo los papeles que me quedaban pendientes.
A eso de las 9 de la noche, me desocupé, y tenía seleccionado tres proyectos consistentes que podríamos llevar a cabo en la Productora, y al darse cuenta el hombre de cabello blanco que ya estaba desocupada (y de hecho, tirada encima de la alfombra), trajo una botella de licor con dos vasos pequeños y se sentó al frente de mí, eso sí, antes sacó cuidadosamente mis torres de carpetas para que no fueran a desordenarse.
- ¿Así que terminaste todo, Pirika?
- Aham... - Me tapé los ojos debido a la luz que llegaba directo a ellos.
- ¡Qué bien! ¿Significa que estás libre para jugar conmigo? – Me paré y lo miré precavida.
- ¿Qué quieres hacer conmigo pervertido?
- ¡Hey, no es necesario que me trates así! Solo es un inocente juego para beber... - Seguí mirándolo con recelo, a pesar de lo rojo que se encontraba - ¡Vamos, sé que antes no lo has hecho, no sueles salir a divertirte de esta forma!
Pensé qué era lo que diría normalmente, y qué era lo que quería hacer ahora, y descubrí que, si voy a beber con alguien prefiero que sea con ese albino molestoso que con cualquier otra persona en el mundo. Así que me acomodé y le pregunté de qué se trataba el juego.
- Es sencillo. Se empieza con un "Yo nunca..." seguido de cualquier frase o experiencia y si tú lo hiciste, tienes que beber un "corto" del licor que compré.
- Oh, interesante... - Tomé la botella para investigarla. Compró licor de menta, me gustaría probarlo. - ¿Qué pasa si miento?
- Descubriré tus mentiras, señorita, y eso implica un castigo.
- ¿Es lo mismo si descubro que me mientes? – Él rio, asegurando que solo diría la verdad.
Siento que esta es una buena oportunidad para descubrir cosas sobre él, si pregunto correctamente.
- Ok, empieza tú, Killua – él llenó los vasitos con el licor verdoso, y comenzamos.
- Mmmm... Déjame ver... - Pensó por un momento, y sus ojos brillaron traviesos – Yo nunca he dormido con un chico-almohada...
No tomé.
- ¡¿ES EN SERIO?!
- Pffff no estoy tan necesitada de cariño como para dormir con un chico-almohada, querido mío.
- Diablos, no me lo esperaba... - Al parecer se motivó con encontrarme un punto débil, pero ahora es mi turno de jugar.
- Yo nunca he amanecido desorientada y desnuda con una chica al lado.
Mi roomate tomó hasta el fondo su licor.
- ¡Lo sabía! – Reí entusiasmada.
- Mi turno: Yo nunca he besado a una chica.
No tomé.
- ¿EEEH? ¡¿Has hecho alguna cosa divertida, alguna vez?! – Yo solo lo miré burlesca.
- Creo que no estás haciendo las preguntas correctas... Yo nunca he perdido mis documentos en un bar...
¡Otra vez tomó el albino hasta el fondo! Y volví a reírme de él.
- Yo nunca me he amanecido viendo series.
Diablos, tuve que tomar. ¡Estaba bueno!
- Muy bien, tienes una a tu favor. Yo nunca he andado con más de una chica a la vez.
Increíblemente no tomó.
- ¿De verdad?
- Hey, soy un mujeriego, pero tengo principios. Yo nunca he llorado con los finales de temporada...
¡Con un demonio! Tuve que tomar otra vez.
- ¡Todas las personas normales lo hacen! – Killua rio – Yo nunca he tenido problemas con la justicia.
Mi roomate pensó un poco, pero tomó.
- Para tu información, solo mostrando mi licencia me ahorro cualquier problema con la justicia... Yo nunca... me he enamorado de personajes ficticios...
- ¡TE ODIO! – Le grité roja y tomé agresivamente de mi vasito. – ¡Yo nunca he apostado hasta quedar en la calle sin ropa!
- Eso es bajo, mujer... - Y tomó silenciosamente su porción. – Ahora me pondré más serio... Yo nunca me he peleado con mis mejores amigos.
Tuve que tomar. Tengo un carácter muy complejo como para no mandar a la mierda de cuando en cuando a la gente a mi alrededor.
- Yo nunca he canalizado mi frustración a través de sexo desenfrenado.
- Oye, eso es demasiado complicado como para entenderlo a esta altura de la noche. – No me había dado cuenta que entre risas y tragos ya estábamos cerca de la medianoche.
- Rayos... a ver... Yo nunca he tenido problemas con mi familia. – Tomó sin emitir comentarios – Sabes, es normal eso.
- Sí, lo sé, pero mi familia es complicada así que los problemas que tengo con ella también lo son – Se encogió de hombros y prosiguió con nuestro juego. – Yo nunca he sido acosado por hombres patéticos.
Este tipo agarró el hilo de mi vida fácilmente. Tomé de un trago el licor que tenía en mi vasito.
- Yo nunca he sido la Reina del Karaoke.
- ¡Rayos! – Sorbo para dentro – Yo nunca he sido tratado como el chico tierno y adorable en el trabajo.
- ¡Rayos! – Sorbo para mí – Yo nunca he sido el centro de atracción de todas las chicas a mí alrededor...
Entre risas tomó.
- Yo nunca he visto porno en mi computador.
- Con un demonio... ¡Research! – Dije roja tomando mi vaso.
- ¿Es en serio? – Parece gratamente sorprendido – Es primera vez que oigo que una chica reconoce ver porno.
- Pffff, pero si es normal.
- ¿Y? – Me miró traviesamente y con su cara levemente enrojecida- ¿Cuál es tu favorito?
- ¡No te lo voy a decir! – Reí tratando de no derramar licor de mi vaso.
- Oh... ¡Diablos!
- Yo nunca he pagado por un baile privado en un antro.
- ¡Diablos! ¡Era joven y estaba en Rusia! – Dijo exigiendo otro trago.
- ¡¿Fueron dos veces?!
- Es que eran muy buenas – Rio fuertemente y divertido. Luego de tomar se secó las lágrimas de la risa, y me preguntó – Yo nunca he llevado a la práctica lo que aprendí en las pornos...
Lo miré tristemente.
- ¿Cuenta sola?
- ¿Tan así nos odias a los hombres?
- Es solo que... - Ya no tenía tantas ganas de pensar lo que estaba diciendo, así que solo lo solté – No tengo la confianza de hacerlo así como así...
- Puedes tomar... - Y de un sorbo, traté de no llorar por lo patética que me veía en ese momento.
- Este es el último, o si no, no podré pararme... - Y aunque protestó mi compañero de juegos, le lancé mi última carta. – Yo nunca me he enamorado de una persona.
Y tal como esperaba, en el fondo de mi ser... No bebió.
- Buenas noches Killua. Esto fue divertido.
- Buenas noches, Pirika. Espero seguir jugando contigo. – Y me acercó y me dio un beso en la mejilla, pero como estaba un poco -bastante- mareada- me apoyé en él para no caerme encima.
Solo nos quedamos mirando unos segundos, y Killua me pidió como un niño si yo no me podía también despedir con un beso de él... Así que con suavidad toqué sus mejillas y le di uno, como quería... Pero sentí como mi corazón se partió en dos, y lo abracé por los hombros con fuerza.
- ¿Te he dicho alguna vez que eres el mejor?
- Pirika, estás ebria, así no cuenta...
- Sí cuenta, te quiero, eres el mejor roommate que pude conseguir.
- ¡Eres de las borrachas que lloran!
Siempre aprovecha un momento de debilidad para mofarse de mí...
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