EL RINCÓN LITERARIO: 5, 6, 7 TO YOUR HEART

 



¿Pirika se quiere mudar?


*Narración por Killua*


Me he llevado una gran sorpresa con esta chica de cabello revoltoso que trabaja para mí y a la vez vive conmigo. Al principio creí que sería una de estas "mujeres modelo" perfectas y aburridas, que con un poco de alcohol y seducción se volvían unas locas en la cama, pero resultó algo totalmente diferente. Es una profesional perfecta, pero un raro espécimen en su vida privada, incluso me atrevería a decir que es una Hikkikomori, o de esos otakus que se encierran en su mundo y nada más les interesa.

Exacto, si se quita el hecho de que cocina maravilloso y le gusta hacerlo, pasa sus días viendo series, películas y jugando. Y si no fuera porque la obligué a usar la sala de estar, haría todo eso encerrada. No tiene sentido que tenga una roommate si no puedo aunque sea verla a menudo.

Además, últimamente ha mostrado lo protectora que es con su círculo más cercano: En cuanto he tenido problemas, me ayuda sin siquiera pensar en sí misma, como cuando se hizo pasar por una cat lady o fue rehén de una mafia...

Definitivamente no me aburro estando con ella.


Entonces... ¡¿Por qué mierda está hablando de mudarse con las amigas del renacuajo?!






Acabo de escucharla opinando sobre departamentos y casas en ciertos sectores de la ciudad, y preguntando sobre sus diferencias, precios y facilidades de pago... Como si estuviera pensando realmente en dejarme, no, quiero decir en mudarse.

Me pregunto si habré hecho algo que la incomo...


Soy un idiota. ¡Yo soy una incomodidad!


Si me pongo a pensar en tener un roommate como yo, que cada fin de semana lleva mujeres y se acuesta con ellas en la sala de estar, ¡Obviamente no querría salir de mi habitación! Y si quisiera salir a algún lado, simplemente no lo disfrutaría, temiendo a que el estúpido de mi roommate estuviera haciendo el ridículo borracho o coqueteando con mujeres en los mismos sitios que quisiera ir.

Debería hacer algo... Pero de verdad no se me ocurre qué. Los malditos balances y cierres de mes me impiden pensar claramente, así que llamaré a mi hermana pidiéndole su consejo, si de todas formas ella es una chica y podría guiarme mejor.


- Onii-chan, es fácil. Solo haz algo lindo. – Eso es vago, Alluka – Una cena o un presente como muestra de agradecimiento por lo que ha hecho por ti.

- La dejo usar de cuando en cuando mi tarjeta de crédito para que compre sus novios-almohadas...

- Onii-chan, eso no es lindo... ¡Y te aseguro que la estás ofendiendo con ese comentario! Debe ser algo que tú consideres que lo valoraría más que una simple tarjeta de crédito. O... O... ¿Sabes? Simplemente llévala a cenar a un lugar elegante y dale las gracias por soportarte.

- No le daré las gracias, a los amigos no se les agradece por todo lo que hacen por ti, ¡Les nace ser así!

- ¿Y ella te considera un amigo de vuelta? ¿Has hecho algo por tu cuenta para cuidarla? Solo me has contado lo que ella hacer por ti.


¿Por qué diablos soy tan egoísta? Jamás había pensado en eso.


- La... consolé cuando tuvo una mala cita...

- ¿Y qué más?


Guardé silencio. No me acuerdo de algo más que haya hecho, sin sentir la obligación o querer hundirme solo.


- ¡Bailé con ella!

- ¡Oh, muy bien Onii-chan! Pero eso no es suficiente. Dale un regalo, como si fuera su cumpleaños. Dime, ¿Qué hiciste para su cumpleaños?

- No sé cuándo es su cumpleaños...

- Onii-chan, eres el peor.

- ¡Hey, eso duele!

- ¿Por lo menos sabes qué cosas le gustan?

- Su... ¿Novio-Almohada?

- Tal vez deberías dejarla que se mude, porque si lo que quieres es vivir con alguien para que sea tu empleada, mejor contrata un ama de llaves.


Me colgó. Mi propia hermana que amo más que a nadie en el mundo me colgó indignada por ser un cretino con mi roommate. Y para peor, ahora me siento más desesperado que antes.


- Eddie, necesito que vengas a mi oficina de inmediato. – Mandé a llamar al renacuajo, que es más cercano a Pirika que cualquier otro en la oficina.

- Dime, Jefe, ¿Qué necesitas?

- No sé muy bien cómo plantear esto, así que te lo diré tal cual se me viene a la mente. – El enano estaba confundido – Necesito un consejo como mi amigo y primo de Pirika.


El enano rió.


- Ok, cuéntame, Killua.

- ¿Pirika se quiere mudar? ¿Qué puedo hacer para que cambie de opinión? – Como sonaba horriblemente vergonzoso, terminé diciéndolo lo más rápido que pude. Esto me costó a que Eddie no entendiera lo que dije de buenas a primeras.

- Ok, entiendo tu preocupación. – Creo que este enano se aprovechará y me dejará peor que antes – Sin embargo... No sabría responderte si se quiere mudar o no, ya que no lo sé. Y si quieres evitarlo... Convéncela de lo contrario.

- Explícate, renacuajo.

- Ya sabes, Killua, dale los pros de vivir contigo.

- Oh, eso es simple. De partida está...

- Pero no me los digas a mí, sino a ella. – Se paró de mi escritorio y se fue – Si eso era todo, me voy, Jefe, tengo trabajo que hacer todavía.


Me fui casi huyendo luego de terminar mis deberes del día. Tenía que comprar una cena deliciosa ya que mis habilidades culinarias se limitan a cortar verduras y poner la carne cruda de forma bonita encima del plato. Y además debía pensar en qué podía decir para convencerla de quedarse.

A eso de las siete llegó Pirika cansada del trabajo, y se sorprendió de ver la mesa de centro puesta para cenar, y yo sentado en el piso esperándola.


- ¿Qué estás haciendo?

- Esperándote para cenar... - Mi estómago ruge, ¡Estoy hambriento, maldición!

- ¿Y eso por qué? – Se acercó y me levanté. Se me había olvidado cambiarme de ropa a algo más cómodo, y las arrugas de mi camisa me ponían más nervioso de lo que ya estaba.

- Este... Yo... - Mis manos estaban sudorosas, y no sabía muy bien qué hacer con ellas. Ella me miraba preocupada. – Por favor no te mudes.


Sentí como un nudo doloroso se desarmaba en mi garganta y bajaba por mi estómago.


- ¿Qué?

- A... Acá estarás más cómoda, no tienes que pagar mucho, y te prometo que como roommate seré menos cretino...

- ¿A qué se debe eso? – Me preguntó sin entender la situación.

- Me gusta estar contigo, y no quisiera que te mudaras, Pirika – Dije lo más serio posible. Pero ella se rió.

- Yo no me quiero mudar.


... soy un idiota...


- No entiendo... ¿Entonces por qué hablabas de mudarte con las chicas de Recursos Humanos?

- Yo no me iba a mudar – levantó una ceja divertida por la situación – Una de ellas lo va a hacer, y para evitar que me preguntaran cómo lo hice para vivir aquí, les seguí el juego.


Soy un idiota. Esto me pasa por escuchas las cosas a medias.


- Pero... - Dijo acercándose a mí – Gracias, Killua. - ¿Por qué de pronto su voz se oye tan dulce? – También me gusta estar contigo, ¡Es divertido!


Su sonrisa me tranquilizó. Y antes de hacer otra estupidez, la invité a sentarse a comer. Ella aceptó y empezó a comentar sobre ciertas peculiaridades de la comida que había ordenado. El escucharla atentamente, hizo que me acordara de lo que me había criticado mi hermana, todo lo que hacía era pensar en mí y ni siquiera sabía mucho de ella...


- Pirika, ¿Cuándo es tu cumpleaños?

- ¿Eh? En marzo. Para el día de San Patricio.

- ¿De verdad? Entonces el próximo año te llevaré a un Pub Irlandés para que lo celebres como se debe.

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