EL RINCÓN LITERARIO: 5, 6, 7 TO YOUR HEART

 



Visita de Alluka
(O cómo Pirika pasa a ser Sebastián)


Narración por Killua


Mi cumpleaños se avecina, y una persona muy especial para mí anunció que vendría a verme.


Mi hermana menor.


Ha pasado un tiempo desde que no la veo, más o menos desde que llegué a este país a trabajar con el viejo, y ella ya tenía edad suficiente para vivir su vida tranquilamente y con normalidad. Ahora debe ser una mujer hecha y derecha, con una bella sonrisa y una personalidad implacable, viviendo en lo que ahora es su propia vida.

Me pregunto cómo le estará yendo en sus estudios, y si los habrá terminado. Alluka es, bastante recatada en ese sentido, ya que le gusta contarme de sus cosas únicamente cuando nos vemos. Así lo mismo conmigo, vaya, parece que heredó mis malas costumbres.

Diablos, eso me recuerda que no le he dicho que ahora ya no vivo con el renacuajo que ella tanto estimaba, sino que ahora vivo con su prima... Espero que no se lo tome a mal, si después de todo Pirika es una mujer.


- Pirika, ¿Segura que ya te sientes mejor? – Le pregunté a la chica despeinada que estaba haciendo el desayuno antes de irnos a trabajar.


- Sí, sí. – Respondió con mi taza de café en las manos – Gracias por escaparte de la productora para traerme sopa.


- Fue solo una devuelta de mano, tú me cuidaste el fin de semana, ¿Recuerdas? - ¿Rubor? ¿Es rubor lo que veo en sus mejillas? Adorable.


No me respondió porque se puso a comer de inmediato. Siempre es así con ella, le digo ciertas cosas y se pone roja como por instinto. Si le menciono su novio-almohada, mis relaciones con diversas mujeres, qué opina sobre algunos hombres... O incluso si empiezo a recordar lo que hacemos juntos de vez en cuando...

Eso último hasta yo me pongo igual. Suena realmente mal dicho de esa forma. De todas maneras, tengo que pedirle un favor.


- Pirika...


- ¿? Ghi'me – "Dime", dijo con la boca llena de cereales. Rayos, a veces es como si viviera con una mujer barbárica.


- Tengo que pedirte un favor.


- ¿A quién tengo que echar esta vez? – Dijo después de tomar una bebida caliente de su taza y secarse la boca con una servilleta. Muy bien, volvió la Pirika civilizada.


- A nadie... De hecho necesito que desaparezcas el fin de semana.


- ¿? – Me miró indignada. Creo que debo tomar clases de sutileza con el renacuajo.


- No, no es por una mujer... bueno, de hecho sí...


- Me voy primero, permiso. – Se paró y lanzó la servilleta arrugada con fuerza que rebotó en su taza. Suspiré, y me agarré la cabeza. Bien, Killua, la echaste a perder.


- Viene mi hermana, y no le he dicho que vivo contigo. – Se detuvo y giró para observarme con curiosidad. – Digamos que ella es... peculiar cuando se trata de mis relaciones...


- No soy una relación, solo vivo acá porque es barato. – Auch, eso dolió. – Trataré de desaparecer el fin de semana completo, entonces. Nos vemos, Katrina.


¿Amaneció con el pie izquierdo? ¿Le llegó? ¿O no sé tratar a las mujeres? De todas formas la eché a perder, y Pirika ni siquiera mostró un atisbo de su característica buena voluntad en la productora. Se excusó con todos porque todavía no se sentía muy bien, pero la escuché claramente en el almuerzo cuando le dijo al renacuajo y sus amigas de recursos humanos que peleó con su "COMPAÑERA DE HABITACIÓN", porque haría una fiesta en su casa y la echó por el fin de semana.


¡No es una fiesta, maldición!, ¡Solo te estoy cuidando de lo psicópata que puede ser mi hermana si se entera de que vivo contigo, mujer!


Recién un día antes de que llegara mi hermana, supuestamente, pude atajar a Pirika para hablar seriamente con ella. Estaba de verdad molesta, y tuve que arrastrarla al sofá para que se quedara quieta y no se arrancara. Por un momento parecía que la estaba cazando, pero por fin cedió cuando quedó debajo de mí. ¡Diablos, idiota! Parece como si la estuvieras seduciendo.


- Lo siento, lo siento – Me disculpé rápidamente bajando de encima de ella. Pirika se sentó civilizadamente, pero no vi que agarró uno de los cojines de cuero del sofá y me golpeó en pleno estómago.


- ESTO CONSIGUES SI INTENTAS HACERME ALGO, BASTARDO – Con un demonio, esto es divertido. Debo felicitarla, sus golpes son estratégicos. Luego de golpearme el estómago dejó que me encogiera para golpear mi espalda repetidas veces. Tuve que protegerme la cabeza para que no se diera cuenta que estaba muerto de la risa, pero sí se percató y me llegó un cojín volador en el cabello.


- ¿Satisfecha? – le pregunté mirándola de reojo, sin bajar mi guardia de un posible contraataque.


- Mh – Refunfuñó mi salvaje roommate.


- No es una fiesta lo que voy a hacer el fin de semana. Solo viene mi hermana de visita. – Pirika me miró frunciendo sus labios.


- Lo sé. Lo que dije el otro día fue solo por despecho. – Sabía que lo había escuchado, es hábil.


- Entonces, ¿Puedo explicarte por qué necesito que desaparezcas de la vista de mi hermana?


- Dijiste que era porque no le habías dicho que estaba aquí. – Me miró inocentemente, como si dijera la verdad. – Me imagino que tu hermana es igual de temer que tú, así que no te quieres meter en problemas, ni darme uno más a mí, ¿Verdad?


- Exactamente. - ¿Soy de temer, Pirika? Vaya, me halagas.


- Entonces, ¿Eso significa que para ella eres puro y casto, y no un gigoló que se acuesta con cualquier chica bonita cada fin de semana? – Su mirada inocente cambió a una burlesca.


- Sabes demasiado, mujer, desaparece.


- No lo haré gratis, cariño. Intercambio equivalente.


- El mes pasado me sobró cupo en dólares de mi tarjeta. Úsalo para comprarte un harem de novios-almohad—


Me llegó un cojín en plena boca. Creo que aceptó el intercambio, porque en cuanto escuchamos el timbre de la puerta acompañado de un "Onii-chan". Palideció y corrió a su habitación para encerrarse de un portazo.


Con el cojín aún en las manos le abrí a mi hermana, y ella me abrazó, pateando sus maletas de la emoción.


- Alluka, te esperaba mañana en la tarde, ¡Qué pasó!


- ¡Onii-chan! ¡Qué felicidad volverte a ver! Mi vuelo se adelantó y preferí dejarlo como una sorpresa para ti. – Hermana, me estás ahorcando. – ¿Onii-chan? ¿Qué haces con un cushion debajo de tu brazo?


- Estaba arreglando el sofá, ya que dormiré ahí el fin de semana...


- ¡Pero Onii-chan! No me importaría dormir contigo, ¡Como en los viejos tiempos! – Mi pequeña hermana que ahora es una mujer muy hermosa, me sonrió tiernamente.


- No, Alluka. Eres una mujer ahora con tus propias necesidades. Además tengo un mal dormir, y no quiero patearte mientras duermo. – Es verdad, además solo necesitaré dormir tranquilo para reponer mis energías de estar con ella revoloteando por allí y por acá.


Alluka fue hasta la cocina, para servirse comida, y se llevó una gran sorpresa cuando descubrió que... sí había.


- ¡Onii-chan, tienes comida! – DIABLOS... qué le digo.


Mientras Alluka se servía felizmente algo de comer, me llegó un mensaje al celular. Era de Pirika.


"De verdad no quiero complicarte, pero no tengo a dónde ir hoy. Dile que tienes un roommate hombre y que está enfermo en su habitación (?). Prometo no hacer ruido."


Ahora esto se me complicó.


- ¿Y? Onii-chan... –Me dice Alluka después de comer algo y darme a mí también. - ¿Dónde está Eddie-kun? Le traje un souvenir de París.


- Él ahora vive con su novia.


- ¿Oh? ¿Entonces vives solo? No pareciera, con lo lindo que está el jardín... - ¡¿POR QUÉ LE DIJE A PIRIKA QUE HICIERA LO QUE QUISIERA?!


- Vivo con un roommate.


- ¿De verdad? – Alluka parece realmente interesada. - ¿Cómo es?


- Hombre. – Mi hermana me mira con ojos de que le era obvio. – un poco más alto que el renacuajo, que le gusta comer y las plantas.


- Oh, por eso tienes mucha comida en el fridge. – No la convencí del todo, lo veo claramente. - ¿Y cómo se llama?


... Soy pésimo para los nombres


- Sebastián.


¿En serio, de Pirika a Sebastián? Muy bien, Killua, ahora acuérdate de ese nombre...


- ¡Sebas-chan! ¡Me agrada su nombre! Me gustaría conocerlo – Casi se me sale el alma del cuerpo cuando dijo eso. Si hubiera estado tomando algo, lo habría escupido en la cara a mi hermana.


- Está enfermo, en su habitación. Le pegué un resfriado el otro día. – Alluka se entristeció al oír eso.


- ¡Entonces, deberíamos cuidarlo! Darle una sopa reponedora, cuidar de su temperatura...


- Es un verdadero idiota cuando está enfermo, te sugiero no molestarlo, hermanita.


Por suerte se la creyó, y pude cambiar rápidamente de tema. Ella está bien, ya se encuentra trabajando en lo que le gusta, la moda, y es una artista emergente en Los Ángeles y hace poco viajó a París como invitada en una pasarela. Vaya, no hace más que hacerme sentir orgulloso mi hermanita.

Pero aun así no quiso salir a festejar, todo porque unos periodistas nacionales la acosaron en cuanto salió del avión.

Maldición, qué haré para que no se tope con "Sebastián"...


Onii-chan! ¿Quieres ver los nuevos modelos en los que trabajaré la próxima temporada?


-¡Claro!


Estuve ojeando los bocetos de mi hermana para su trabajo, POR HORAS, ¡Eran demasiados! Una de sus maletas más grandes era exclusivamente para estas carpetas repletas de dibujos, muestras de telas, y fotos de posibles modelos para los trajes, además de peinados, maquillaje y todo eso. Estaba cansado, pero al ver a mi querida hermana hablar tan entusiasmada, no quise molestarla, solo la miraba orgulloso de lo que se había convertido.

Se cansó a eso de las dos de la mañana, y me pidió disculpas porque al día siguiente me tocaba ir a trabajar. Le pasé mi habitación para que descansara, a regañadientes, ya que seguía con la estúpida idea de que durmiéramos juntos. Como la amenacé que la levantaría en unas horas para ir a trabajar conmigo, accedió a estar sola, y me dejó el sofá y unas mantas para dormir.


Dormí pésimo, pero un olor suave a café y tostadas me despertó relajadamente.


- Heeey, buenos días, Killua – me susurró de cerca Pirika. Huele delicioso, como un pastel recién horneado... - Oye, ve a bañarte a mi habitación para no despertar a tu hermana y se dé cuenta de que "Sebastián" es una mujer.


- ¿Así que escuchaste eso, eh? Tienes razón, mujer, tomaré prestado tu... - De repente me acordé de mi ropa y mis demás cosas. – No, no, es demasiado, Pirika, no quiero molestarte más.


Ella se encogió de hombros y me dirigí sigilosamente a mi habitación –temporalmente de Alluka-. Ella dormía pacíficamente, así que pude bañarme sin problemas, sacar mis cosas y darle un beso en la frente antes de ir a tomar desayuno, corriendo, ya que se me hacía tarde.

En el trabajo, como nadie sabe que vivo con Pirika salvo Eddie, cuando llegó Alluka a visitarlo, él la presentó como la nueva Encargada de Operaciones, y al parecer se llevaron bien. Almorcé con mi hermana, y se quedó conmigo hasta la hora de salida. Eddie y Pirika vinieron a mi oficina un par de veces, pero solo de forma profesional, ya que al estar Alluka presente y tomando atención de todo, no pudimos hablar como siempre.


- ¿Y, Alluka? ¿Qué te ha parecido la Productora desde la última vez que la visitaste?


- ¡Está muy cambiada, Onii-chan! – Juntó sus manos en signo de sorpresa. – Me agrada que ahora una chica esté en el puesto del anciano pervertido. Se ve que hace un buen trabajo.


No me hables de Pirika ahora, por favor...


- Sí, ella llegó hace unos meses, y se ha esforzado mucho en reparar los errores del viejo.


- ¡Qué bien! Espero seguir viéndola, Onii-chan – Ella me sonrió, y no entiendo a lo que se refiere con eso. Le resté importancia y decidí terminar con el trabajo de hoy.


Salimos con Alluka y le dijimos a Eddie que nos iríamos. Él se despidió de mi hermana y de mí, para que tuviéramos un buen fin de semana. Antes de partir le dejé una carpeta de pendientes a Pirika, y ella lo recibió con gusto. Quería decirme algo, pero como mi hermana no se despegaba de mi brazo, lo hizo en clave.


- Oh, Jefe, antes de irse, Sebastián le dejó un mensaje.


- ¿Conoces a Sebas-chan, Pirika-san? – Cuestionó mi hermana, sorprendida de que el mundo fuera tan pequeño.


- Por supuesto, es mi primo junto con Eddie. Se fue a arrendar cuando el hombre ese de allá decidió compartir una vida con su novia. – Mintió con una gran sonrisa, y Eddie de lejos lo afirmó. Ustedes lo habían planeado, al parecer.


- ¿Y qué te dijo ese barbárico? – Por un segundo la mirada de Pirika fue cortante.


- Dijo que irá a pasar el fin de semana con sus padres, así no los molestarían a ustedes.


- Oh, pero Sebas-chan está resfriado, ¿No debería quedarse en casa? – ¿Mi hermana estaba preocupada de un completo –e imaginario- desconocido?


- ¿Resfriado? No lo sé, por teléfono no se notaba resfriado... Bueno, de todas formas su mamá lo atenderá, así que no te preocupes, Señorita Alluka. Dedícate a disfrutar a tu hermano por estos días. – Pirika tomó la mano de Alluka y la hizo sentir mejor.


- ¡Sí! Dale mis saludos a Sebas-chan, y dile que me quedé con las ganas de conocerlo. – Por lo menos pude gesticular un "gracias" antes de que Alluka me arrastrara a cenar, y Pirika se despidió con una sonrisa.


No sé por qué me siento afligido cenando con mi hermana. Debe ser debido a que últimamente me divertía más molestando a Pirika mientras cocinaba y después nos comíamos todo sin dejar migajas... Y en cambio acá un plato casi vacío que costaba una fortuna, no me era ni siquiera apetecible.

Pero a pesar de todo fue divertido estar con mi hermana. Alluka está creciendo y se está convirtiendo en una gran mujer, aunque sigue siendo la niña cariñosa de siempre. Con sus logros me hace sentir más que orgulloso, y para peor, me tenía de regalo de cumpleaños una teñida formal, hecha especialmente para mí, ¡Cómo no enorgullecerme de ella!

Para cuando se estaba yendo el domingo en la mañana, ella se sinceró conmigo.


- Onii-chan... Creo que estoy enamorada de uno de mis asistentes.


- ¡...! - No sabía qué decir. - ¿Có... cómo es?


- No tienes que fingir, Onii-chan. Es un hombre maravilloso, muy gentil y que siempre me cuida. De hecho quería venir conmigo a verte, pero como no sabía cómo reaccionarías, se lo negué.


Ok, eso me llegó.


- Alluka, no voy a reaccionar de mala forma. Solo me costaría ver que ya eres una adulta, y que tienes toda libertad de hacer tu vida, como mejor te plazca. – Le acaricié la cabeza y ella me abrazó.


- En ese caso, Onii-chan tú también deberías enamorarte. Uno se siente bien, feliz... uno se siente como una mejor persona, por preocuparse tanto de otro ser que te ama, por quien tú eres.


Definitivamente mi hermana es toda una adulta. Ya sabe cosas que hasta yo desconozco.


- Tal vez algún día lo sepa, quién sabe.


-Sí... algún día... ¿Onii-chan? – Alluka me miró a los ojos, levantando su cabeza.


-Dime, hermanita.


-¿Yo también soy de temer, así como tú?


– No entiendo a qué viene tu pregunta.


- No logro comprender por qué no me dijiste antes que Eddie-kun ya no vive contigo. – Se separó de mí y cruzó sus brazos, mirando el piso un poco enojada. – Y que además me hayas mentido sobre tu nuevo roommate.


No sabía que había perdido el toque para mentir.


- Desde la última vez que armaste un escándalo por confundir a la novia de Gon con mi novia... - Alluka solo se limitó a mostrar su lengua de forma traviesa.


- ¡Onii-chan! Aún me avergüenzo de aquello, no seas cruel. Perdí la cabeza porque no estaba preparada para asumir que eres libre de hacer lo que quieres. Ahora es diferente – Lo dijo asertivamente, tomando mis brazos y tirando de ellos. – Entonces, ¿Cómo es ella?


- ¿Incluso sabes que mi roommate es mujer?


- ¡Soy buena investigando, Onii-chan!


- No me digas que entraste a su habitación...


- ¡Onii-chan! ¡No he llegado a ese extremo todavía! – Seguido de eso murmuró - Además tenía la puerta con llave.


- Ella es astuta, lo lamento. – Dije con orgullo... Maldición.


- ¿Oh, astuta? ¿Me parece bien, y qué más?


Al final todo lo que restó del día, pasé contándole a Alluka las cosas que había vivido con Pirika, incluso le dije que era a quien conoció en la Productora, ¡Es mi hermana, diablos! Debía decirle todo. Cuando era la hora de que partiera su avión, me despedí de mi hermana, esperando volverla a ver pronto.

Y ella me hizo prometerle que la próxima vez le debía presentar apropiadamente a Pirika y que comeríamos todos juntos.


Ah, esta niña... 


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