EL RINCÓN LITERARIO: CRAWLSPACE
Regreso_Cambio
(7 de Febrero. República de Eiyuu. Clínica AP)
Pirika Speedwagon no estaba del todo a gusto sentada en un camastro y viendo las noticias de la mañana. Su hijo era el protagonista de aquella nota informativa, junto con el bloque al que pertenecía, y eso le preocupaba.
Definitivamente ella no deseaba que su único hijo se expusiera luchando contra los famosos terroristas que se tomaban las regiones fronterizas, pero se veía tan genial sobre un CRAWLSPACE plateado con un dibujo del amuleto que ella le había obsequiado. Además él la visitaba todas las tardes, y le contaba las cosas que había hecho como el niño pequeño que ella seguía viendo en su mente, el cual llegaba contento de la escuela y narraba sus grandes hazañas con felicidad.
Puede que su hijo ahora sea un joven hecho y derecho, pero para ella, seguía siendo el niño tierno y adorable que tuvo junto a la persona que más ama en el mundo.
– Señora Speedwagon. – Le habló una enfermera que le llevaba la merienda. – ¿Cómo se ha sentido?
– Bastante bien, muchas gracias.
– Me imagino que debe estar contenta de que hoy le darán el alta.
– ¡Por supuesto! Ya es hora de que vuelva a mis actividades de siempre. – Dio un bocado a la comida que le habían traído, y luego de saborear el poco gustillo que esta traía, dijo – ¡Hay un mundo por salvar, querida!
En cuanto se marchó la enfermera, ella pensó "Salvar de la comida de hospital, ¿Cómo demonios puede ser tan mala?". La mujer con su largo cabello ondeado y sujetado hacia un lado, suspiró, tratando de comerse esa insípida comida.
Solo quería los chocolates que el Capitán Fraser le prometió llevar en cuanto terminaran la misión de hoy, a la región de Kainuu.
(7 de Febrero. República de Eiyuu. Región de Kainuu)
Según reportes oficiales de los guarda fronteras de Vartius, extrañas turbas de guerrilleros provenientes de la Federación de Rossiya se encontraban avanzando hacia ellos, traspasando las líneas que dividían a ambas naciones. Eso era algo realmente alarmante, y el General Holopainen asumía que aquello era la respuesta de la Chiórnye Siotni a la recuperación de los prisioneros en Karelia del norte por parte de los CRAWLSPACE. Por consiguiente, envió en una misión especial al bloque estrella para neutralizar y tranquilizar la frontera más problemática de Eiyuu.
– Muchachos, DRUSTANUS identificó unas señales peligrosas 20 km al norte de nuestra ubicación actual – Mencionó Anais Sandringham desde su CRAWLSPACE.
Su capitán pensó con extraña serenidad una solución. Acababan de armar un campamento para el escuadrón del Teniente Vuorinen, con el propósito de establecer un punto seguro y así llevar a heridos o posibles rehenes que tendrían las lacras que atacaban a tan pacífica región.
– Awright, - musitó Alexander Fraser, dando a conocer a sus subordinados cuál sería el plan. – Sandringham, Chirau, ustedes se quedarán a monitorear cualquier amenaza, y protegerán al Teniente Vuorinen en caso de ser necesario.
– ¡Sí, Capitán! – Afirmaron las muchachas.
– Y Ustedes, Vikernes, Luminen, irán conmigo a investigar las señales. En el caso de que sean de nuestro lado, solicitaremos el entrar como apoyo.
– Sí, capitán. – Solo Luminen afirmó.
– ¡Tch! – Chistó Vikernes. – Qué problemático, ¡Ataquemos y ya!
– No, Vikernes. – Lo paró en seco Fraser. – Si los informes que recibió el General son correctos, nos encontramos en desventaja.
– Debemos ser cuidadosos, Vikernes. – Sandringham lo trató de calmar. – O si no Luminen te neutralizará.
La sonrisa burlesca que apareció en el rostro de la muchacha de la alta sociedad de Britania, hizo que el hombre de cabello bicolor hirviera de disgusto y quisiera arrancarle el cráneo con sus manos. Sin embargo, Fraser lo llamó para que se dirigieran cuanto antes al campo de batalla.
Montados en sus respectivos CRAWLSPACE, Luminen, Vikernes y el Capitán Fraser partieron a través de la espesa nieve que aún quedaba de las fuertes tormentas que azotaron la zona hace unas semanas. Los equipos se trasladaban con lentitud, y Zero aprovechaba el momento para analizar la dirección que Sandringham había indicado como el lugar donde se estaba llevando a cabo una batalla. Efectivamente notaba que el ambiente se encontraba cargado de residuos de pólvora, y a lo lejos se oían disparos.
– ¡Capitán! Estamos a 5 km de la base militar y en el aire se encuentran residuos de pólvora. Además los disparos se hacen cada vez más perceptibles a medida que avanzamos.
– ¡Awright, barra! – Habló Fraser por la frecuencia comunitaria– Estamos a una distancia prudente para solicitar nuestra participación.
Y luego de ejecutar un comando en particular, Fraser envió un mensaje a la base limítrofe de Vartius: AQUÍ EL CAPITÁN FRASER, DESDE EL CRAWLSPACE057 "OGMIOS". SOLICITO INFORME DE LO QUE SUCEDE EN LA BASE.
No obstante, luego de unos minutos, no recibió una respuesta.
– ¿Qué hacemos, Fraser? – Preguntó Vikernes.
– Sigamos avanzando. Tal vez si nos divisan claramente contesten el mensaje.
Siguieron las indicaciones de su Capitán, mas al estar a un kilómetro de distancia de la base de Vartius, y tras volver a repetir el mensaje, no recibieron respuesta alguna.
– Capitán, no hay respuesta de los soldados en la base. – Reafirmó Zero. – Sin embargo percibo movimientos de personas armadas, y no parecen ser de nuestro bando.
Zero había visto en el monitor de JOUTSEN que personas vestidas de negro con armas de largo alcance en sus manos y espaldas, corrían y le disparaban a algo.
– Entonces procederemos a entrar a la base, y atacaremos a mi señal.
– ¡Sí, señor! – Afirmaron Vikernes y Luminen.
Tras avanzar hacia la base con mayor rapidez, Fraser se comunicó nuevamente con el lugar, pero siguió sin obtener respuesta. El capitán pelirrojo, que llevaba un traje negro de termorregulación con franjas naranjas, le habló ahora al Centro de Investigación.
– ¿Fraser a Centro, me copian?
– Aquí Centro, ¿Qué sucede Fraser? Necesitamos un informe de la base.
– La base aún no se han comunicado con nosotros, a pesar de los mensajes que he enviado, sin embargo Luminen ha confirmado la presencia de lacras y se encuentran atacando a un blanco indeterminado.
– Muy bien. Procedan bajo cautela. No queremos que... – La señal fue perdiendo claridad a medida que se acercaban a la base, hasta que Fraser terminó oyendo ruido blanco que le incomodó sus oídos.
– What a scunner... - masculló cabreado por el ruido el capitán. – Luminen, trata de comunicarte con Chirau para que reciba las órdenes a nuestro nombre.
– ¡Ok, Capitán! – Zero ejecutó un comando similar para abrir la comunicación con Chirau y HACHI-U, sin embargo, solo la pudo escuchar entrecortada.
– ¡Lumi... qué... de...!
– Perkele... - masculló enojado el joven de Eiyuu. Él tampoco podía establecer comunicación con el campamento. – Capitán, no puedo comunicarme con Chirau, intentaré con...
– ¡Ba... qué... te? – La misma comunicación interna se perdió. Por suerte, Harold Goodman había instalado un comunicador especial en JOUTSEN que no era afectado por alguna irregularidad electromagnética, el cual se abría en cuanto el CRAWLSPACE tocaba a otro CRAWLSPACE. Por ello, Luminen movió su equipo para quedar de puente entre BURZUM y OGMIOS.
– Capitán, Vikernes, ¿Me escuchan?
– ¿Barra?
– ¿Qué demonios está ocurriendo, Fraser?
– No lo sé, Vikernes. Las líneas de comunicación están caídas incluso entre nosotros.
– ¡¿Entonces cómo diablos te estoy escuchando ahora?!
– Es por el sistema de comunicación de emergencia que instalaron los técnicos en mi equipo, Vikernes. – Explicó Zero tranquilamente. – ¿Capitán, cuáles son las órdenes?
– Mantenernos alerta. Barra, ¿Tus sistemas de análisis están caídos?
– Sí, Capitán. Están vuelto locos.
– Igual los míos. – Habló preocupado Alexander Fraser.
– ¡Tch! – Chistó el hombre de Nynorsk. – No los necesitamos para "neutralizar" a esos gusanos.
– Cálmate, Vikernes, o el "neutralizado" serás tú. – Advirtió tranquilamente el capitán mientras intentaba nuevamente establecer contacto con el Centro. – Mannies, es tiempo de avanzar con cuidado. En cuanto veamos a algún guerrillero y éste nos ataque, nosotros atacaremos. Antes, no.
Tras su orden, los tres CRAWLSPACE se movieron lentamente en medio de la nieve. La base se acercaba a medida que avanzaban y descubrieron que los pocos soldados que resguardaban el lugar se encontraban luchando en contra de los terroristas que venían de Rossiya. No obstante, estos últimos corrían a través de los modelos CRAWLSPACE que poseían los miembros del ejército de Eiyuu, como si estuvieran arrancando de algo peor, e incluso los mismos soldados atacaban a lo mismo que sus supuestos enemigos.
Ninguno de los tres pilotos entendía lo que sucedía, pero sin importarle la orden inicial de Fraser, Vikernes se adelantó para acabar con los hombres vestidos de negro que corrían de la base hacia Eiyuu. El piloto de BURZUM, un CRAWLSPACE de combate plateado, pintado con manchas negras como si simulara un Corpse Paint y que era capaz de recorrer grandes distancias sin gastar tanta energía como los modelos de reconocimientos, decidió tomar la iniciativa y les disparó indiscretamente, sin embargo, un hombre envuelto en una capa marrón y un sombrero de ala ancha plomo, apareció más rápido de lo que Vikernes pudo discernir, y acabó por sí solo con los polizones, antes de que las municiones que disparó el piloto tocaran al objetivo.
Y de hecho, el hombre misterioso solo con sus manos enguantadas paró aquellas municiones, sin herirse en el intento, y eso provocó que le hirviera la sangre al hombre de Nynorsk. Aquel sujeto tenía ciertos problemas de superioridad y nadie podía tomar sus presas, ya que a la larga, todos terminarían siéndolo. Y en ese momento, aquel hombre no era la excepción.
Vikernes arriba de su CRAWLSPACE se lanzó sobre su nueva presa, sin embargo este de la nada desapareció. El atacante no lograba captar el nuevo paradero de aquel hombre a través de los controles de BURZUM, puesto que también se descalibraron y súbitamente se apagaron.
Desde fuera, un grito totalmente desquiciado llamó la atención del hombre del sombrero, y este, sorprendido se limitó a silbar interesado.
– Veamos que tienes para defenderte, mocoso. – De pronto la escotilla del CRAWLSPACE salió disparada y saltó como una bestia el recluso del Reino de Nynorsk.
Este bajó como un endemoniado, y se quitó el casco protector lanzándolo al hombre que lo hizo enfadar. El tipo lo esquivó moviendo unos centímetros su cabeza y de un salto se aproximó al muchacho.
Entre ambos se lanzaron puñetazos y patadas, pero el único capaz de esquivar los golpes fue el hombre que llevaba un sombrero y anteojos de protección. Vikernes se veía hinchado y cansado tras recibir cada uno de los ataques de su contrincante, y de la nada se agachó para tomar una navaja escondida entre sus botas militares.
– ¡Lo siento! – Dijo tímidamente el muchacho de cabello bicolor. – Por favor no me sigas atacando...
Pero en cuanto vio que el tipo bajó la guardia y se acercó a él, se paró súbitamente para clavarle en las costillas el arma blanca que tenía en sus manos.
– Eres muy lento, mocoso – Se dirigió el hombre mayor, y con su mano derecha le propició un golpe crítico en la nuca, dejándolo inconsciente en medio de la nieve.
A los oídos del ganador de la batalla, llegó un sonido metálico y observó que se acercaban rápidamente otros dos CRAWLSPACE. El hombre sonrió, tras ver que llegarían más oponentes, pero su sonrisa se cambió a una expresión de asombro, al percatarse que uno de los dos equipos enormes tenía un dibujo de una cruz puntiaguda y roja, rodeada de espadas.
Ese era un símbolo que él conocía.
Por su parte Zero sabía quién era ese sujeto. Mientras luchaba contra Vikernes, las señales volvieron momentáneamente, y logró captar en su monitor al enemigo más de cerca. Alto, vestido con pantalones obscuros y un sweater rasgado de color burdeos. Además llevaba bajo el sombrero gris el cabello largo, suelto y blanco, como la nieve a su alrededor.
Era la misma teñida que él llevaba aquel día que lo vio por última vez.
– Oh, demonios, ese knob doblegó a Vikernes sin chistar, ¡Luminen, tenemos que hacer la formación 2 de ataque!
– ¡Alto, Capitán! – Lo paró sin dudar JOUTSEN, tocando a OGMIOS y a la vez desconectando la comunicación externa de su equipo. – ¿Me permites hablarte por un momento?
– Luminen, no es momento de ser tan formal, ¡Y además debemos atacar a ese diddie antes de que le haga algo más a Vikernes!
– No lo hará.
– ¡¿Cómo estás tan seguro, Luminen?! – Alexander Fraser sabía que Luminen no sentía ni una pizca de afecto por Vikernes, pero dejarlo morir a manos de un enemigo era un asunto totalmente fuera de discusión.
– ¡Lo sé porque conozco a ese hombre! Capitán, no, Alexander, por favor, lo que suceda de ahora en adelante, ¿Puede quedar como un secreto entre ambos? – Alexander Fraser quedó en una pieza tras oír la petición de su subordinado.
– ... Hae – Aceptó el joven pelirrojo, y desactivó su OGMIOS luego de que Luminen hiciera lo mismo con su JOUTSEN.
Zero se quitó el casco protector y abrió la escotilla de su CRAWLSPACE para salir. El capitán solo lo miraba, preparado para activar OGMIOS y atacar en caso de que algo le hicieran al joven albino que bajaba rápidamente de su equipo. Pero lo siguiente que vio, lo dejó sin palabras.
– ¡PAPÁ! – Gritó con todas sus fuerzas el joven, y el hombre aludido se quitó los anteojos para ver claramente con sus ojos verdes lo que sucedía.
– ¿Zero, eres tú? – El hombre corrió para asegurarse que sus ojos no mentían. – ¿Zero, de verdad eres tú?
– ¡Papá! – Seguía gritando el muchacho, ahora más cerca del hombre que aseguraba era su progenitor.
Ambos dejaron de correr en cuanto estuvieron frente a frente, y el hombre, mucho más alto que el muchacho, lo tomó por los hombros.
– ¿Zero? – El sujeto intentó contener la emoción tras ver a su hijo después de mucho tiempo, y tomó suavemente su rostro, analizándolo. – ¿No estás lastimado? ¿Te han tratado bien?
Zero reía y sollozaba de felicidad mientras su padre revisaba si tenía heridas en su rostro o si le faltaba alguna pieza de su dentadura.
– ¡Sí, papá, estoy bien! ¡Y mamá también! – Su padre parpadeó sorprendido y tomó fuertemente los hombros de su hijo para no flaquear más ante tantas buenas noticias.
– ¡OHH, no sabes lo feliz que me hace eso! – De la emoción, el hombre levantó a Zero y lo abrazó fuertemente, y él, sin poder hacer más que reír, dejó que su padre mostrara lo que sentía en ese momento.
Sin embargo, había alguien que no comprendía nada de lo que estaba sucediendo, y también salió de su CRAWLSPACE, quitándose el casco ante el hombre alto que soltó a Zero y acariciaba pesadamente su cabeza.
– Zero, ¿Qué está pasando? – Alexander Fraser estaba curioso ante el gran secreto que debía mantener.
– Oh, claro, Papá, creo que no has estado pendiente de las últimas noticias ¿verdad?
– Exactamente, Zero, en Rossiya no llega nada de lo que sucede en el resto del mundo.
– En ese caso, Papá, te presento al capitán del bloque Fraser, el único bloque de CRAWLSPACE de combate, y mi amigo – Dijo tímidamente el muchacho, haciendo que el aludido se sorprendiera – él es Alexander Fraser.
– Sir, un gusto. – Habló el capitán. – Soy Alexander Fraser, proveniente del Reino de Alba.
– ¿Reino de Alba? – Se sorprendió el padre de Zero – ¡Qué sorpresa!
– Alexander – Se dirigió Zero con una sonrisa que jamás había visto su capitán antes. – Él es mi padre, Killua Zaoldyeck.
De Alexander Fraser salió un ruido como si se estuviera desinflando. Tenía al frente de él a una de las leyendas de la Asociación de Cazadores.
– ¡¿De... de... de verdad que eres el re... re... real Killua Zaoldyeck?!
– Sí, de hecho esta es mi licencia – El padre de Zero le mostró su licencia de cazador, la cual lo indicaba como el genuino cazador de tres estrellas que el muchacho pelirrojo había conocido únicamente en historias.
– ¡No... no... no puedo creer que tenga al frente mío al Cazador de tres estrellas, al mismísimo Killua Zaoldyeck! – Alexander Fraser tenía un ataque de fanboy – ¡U... Usted cazó por su cuenta a su mismísimo hermano mayor! ¡Y además capturó a la gran familia de asesinos Satou, aquellos los que se creían vampiros! ¡Y... Y... también abrió la mansión de su familia como un museo, en Padokea!
– ¿De qué mansión habla, papá? – Zero se encontraba perdido en la gran explicación de su Capitán.
– Ah, de la casa de tu abuelo.
– ¡Zero! – Fraser se acordó de su subordinado – ¡¿Entonces no eres Luminen?!
– No, solo era para que no descubrieran mi verdadera identidad... Y así encontrar a Mamá.
– ¿Tu mamá? – Fraser no sabía que los padres de Zero estaban con vida, siempre creyó que murieron en los ataques de la Chiórnye Sotni.
– Zero, ¿Cómo está Pirika? – Le preguntó Killua preocupado.
– ¡¿LA SEÑORA SPEEDWAGON ES TU MAMÁ?! – Zero solo movió su cabeza, afirmando la suposición de su capitán.
– Ella está bien, y de hecho hoy la daban de alta.
– ¿Es en serio? – El padre de Zero estaba más que contento. Halló a su hijo y su esposa estaba sana y salva. – ¡Entonces debemos irnos de inmediato!
– ¡Momento, Papá, primero tenemos que verificar la base y neutralizar a los enemigos! – Zero detuvo al hombre que ya estaba listo para irse, tomando de su capa y evitando que siguiera caminando.
– ¿Eh? ¿De qué hablas, muchacho? Si ya acabé con todos.
– ¿Qué? – Zero no lograba procesar lo que su padre decía con tanta tranquilidad.
– Los idiotas de negro me venían siguiendo desde que crucé sus fronteras "sin permiso" – Mencionó malhumorado el hombre envuelto en su capa. – Y los botes de basura gigante me tapaban el paso, aunque les gritara que era un cazador.
– Pero Sr. Zaoldyeck...
– Ah, Killua está bien.
– Pero Sr. Killua, Eiyuu se encuentra en estado de emergencia. Sus fronteras están bloqueadas.
– ¿Qué? – La cara de sorpresa de Killua era genuina.
– De hecho por eso estamos aquí, Papá. Nos avisaron que había una batalla entre terroristas y los soldados que custodiaban la frontera. – El padre del joven albino escondió su boca lentamente, y se dio vuelta escondiendo su rostro de los dos muchachos.
– Creo que estoy en problemas...
– ¡¿FUISTE TÚ?! – Gritaron al mismo tiempo ambos pilotos, pero el hombre solo los observó riendo nerviosamente.
(7 de Febrero. República de Eiyuu. Centro de Investigaciones de la República de Eiyuu)
María Conchita Hernández llevó a Pirika Speedwagon al Centro de Investigaciones, luego de su dada de alta, para reunirse con el equipo que había estado llevando el proyecto que junto a ella confeccionaron hace más de un año atrás.
– Señora Speedwagon, ¿Está segura de todo esto? – Se atrevió a preguntar la vocera.
– Por supuesto, María Conchita. Hace ya tres años que llevaba gestando este proyecto en conjunto con los científicos del centro, y además, la Fundación Speedwagon se ha encargado de proveer los fondos necesarios para el correcto equipamiento.
– Y según leí, en un principio iban a ser usted la líder del proyecto, pero luego de los atentados el General se adjudicó el puesto...
– Exacto, y ha hecho un gran trabajo manteniendo las bajas al mínimo, por lo menos de nuestro lado. – Mencionó lo más formal posible la mujer de traje gris y blusa verde pastel.
Ella, no estaba para nada a gusto por cómo el general estaba dirigiendo el proyecto. En un principio, tendrían que actuar como pacificadores, y todo lo que estaban haciendo en el momento, era luchar en contra de los terroristas, que llegaron de la nada hace menos de un año.
Ese sujeto modificó el uso de los CRAWLSPACE para su conveniencia, intuía la mujer.
Ya dentro de la sala de reuniones, María Conchita Hernández presentó a Pirika como la representante de la Fundación Speedwagon y además como la líder de los sobrevivientes de la Alianza.
– Bienvenida, Sra. Speedwagon. – Habló educadamente la psicóloga Brightman.
– Es bueno tenerla de regreso – dijo jovialmente el jefe de ingenieros, Shouji Kawamori.
– Es un gusto verlos nuevamente. – Musitó con elegancia la mujer aludida.
– Pero si no es nada más ni nada menos que la Sra Pirika Speedwagon, ¿Qué la trae por estos lados? – El General Holopainen no perdió el tiempo en bienvenidas, y decidió ir directo al grano.
– General, de partida quiero darle las gracias por tomar las riendas del proyecto que llevábamos trabajando por más de tres años. – Habló sin tapujos la mujer, con un serio semblante. – Sin embargo, ahora que volví, quisiera retomar el liderazgo en el proyecto.
– Señora Speedwagon, espero que sea consciente que actualmente nuestra República no se encuentra en una situación que amerite el cambio de líder en la única arma que tienen para combatir en contra del terrorismo. – La mujer se acercó al General, y se paró al lado de él, golpeando la mesa.
– Y espero, General Holopainen que no haya dicho que el proyecto CRAWLSPACE es una ARMA, cuando el propósito inicial era de ser un instrumento pacificador.
– ¿Y cómo piensa "pacificar" a las lacras? ¿Lanzando flores? ¿Obsequiándoles pastelillos y té? ¡Madure, Señora Speedwagon! – Se burló de ella el hombre condecorado. – Señores, no creo que sea necesario el llevar esto a una elección. Actualmente el proyecto debe ser guiado por el ejército de Eiyuu, para combatir el terrorismo.
– ¿Con más terrorismo, General Holopainen? ¿O cree que no sé lo que sucedió en Laponia? – El General se sintió ofendido por la sentencia de la mujer.
– ¿De qué está hablando, Señora Speedwagon? ¡Usted se encontraba desaparecida en ese entonces!
– ¿Y qué serán los informes y expedientes de la misión, General? – La mujer tomó una de las tabletas de encima de la mesa y buscó los archivos correspondientes, para leerlos. – Aquí dice, en el informe del Capitán Fraser que uno de sus subordinados se sublevó y asesinó a una tribu de Saamis, porque estaban armados, ¿Y quién fue el castigado? ¡El subordinado que neutralizó a quien cometió tal atrocidad! ¿Y qué me dice de Ostrobonia del Norte?
El General no emitió comentario alguno, solo tomó sus manos por sobre la mesa.
– Yo, Isaac Turing, hablando por todos los encargados de IT del proyecto CRAWLSPACE, exijo que la Señora Pirika Speedwagon vuelva a tomar el puesto de director del proyecto.
– Y yo, Shouji Kawamori, también hablando por los ingenieros estoy de acuerdo con Isaac Turing.
– Sin embargo, yo como miembro de la República de Eiyuu – comentó el jefe de abastecimientos, Timo II Kotipelko – solo puedo aceptar a la Señora Speedwagon si se compromete a trabajar en conjunto con las fuerzas armadas para acabar de raíz con el terrorismo.
– Por supuesto, Sr. Kotipelko. Tiene usted mi palabra.
– Muy bien yo también estoy de acuerdo – Habló el Jefe de los técnicos, Harold Goodman.
– Y yo también – Comentó la Profesora Sonja Hietala.
– ¿Hay alguien que esté en desacuerdo con que la señora Pirika Speedwagon retome sus actividades como Director del Proyecto? – Tras el eco de María Conchita Hernández, todos los presentes negaron con su cabeza. – Entonces, está decidido. Señora Speedwagon, bienvenida de vuelta al Proyecto CRAWLSPACE.
Pirika agradeció la confianza puesta en sus hombros, para volver al trabajo a la cabeza del Proyecto, sin embargo, la vocera se la llevó de inmediato a presentarla ante el Centro, para luego llevarla ante la prensa.
Sin embargo, había alguien que no estaba para nada a gusto con el giro de la situación.
En el plató central, donde evalúan los equipos CRAWLSPACE y los actualizan o reparan según las misiones, la vocera había reunido a todo el personal del proyecto, incluidos a los pilotos y a Botobai Gigante, quien estaba junto a ellos, conversando.
– Señores, buenas tardes. – Se dirigió a ellos María Conchita Hernández, acompañada de Pirika Speedwagon. – Hoy me dirijo a ustedes, para presentarles a la Señora Pirika Speedwagon, la actual líder del proyecto CRAWLSPACE. Luego de ser dada de alta por los médicos, ha decidido volver a sus labores como la cabeza de este proyecto.
La vocera dio pie para que la nueva director se presentara por su cuenta.
– Como bien saben, fui atacada junto con los otros diez representantes de la Alianza por el Cese de Fuego hace más de un año, y así como a ustedes, me duele el haber despertado para descubrir que nuestra Eiyuu está así de devastada por aquellos trúhanes que se hacen llamar Chiórnye Sotni. Es por ello que, junto con las Fuerzas Armadas de Eiyuu, trabajaremos de ahora en adelante codo a codo para dar a su fin esta era de terror.
El pequeño pero gran discurso que dio la actual líder del proyecto, sacó los aplausos más fervientes de todos los trabajadores del centro, incluso el gran cazador Botobai lo aprobó. Sin embargo, María Conchita llevó a Pirika para que conociera oficialmente al bloque que la salvó y ha estado en boga en los últimos meses, desde que se oficializó el proyecto.
– Señora Speedwagon, oficialmente les presento al bloque Fraser, el único bloque de ataque del proyecto CRAWLSPACE. – Pirika sonrió al ver que los muchachos que componían el bloque eran los mismos jóvenes que ayudaron a sus colegas de la Alianza mientras estuvieron en la clínica.
– Jóvenes, estoy muy orgullosa por lo que han logrado hasta el momento. Muchas gracias por ayudar a esta nación.
– A nombre de todo el bloque, madam Speedwagon – habló Alexander Fraser – debo agradecer por sus bellas palabras.
– Sin embargo, – agregó Botobai, tan serio como de costumbre - debemos frenar las presentaciones formales para discutir un tema un tanto delicado sobre la misión que llevaron a cabo hoy.
– ¿Qué sucedió? – Pirika se precupó de que algo le pudiera haber pasado a su hijo, el cual no estaba allí, por alguna razón desconocida.
– Madam Speedwagon, - Se acercó a ella Alexander Fraser. – La misión de hoy fue un tanto compleja...
– ¿Hubieron bajas, Capitán? – Preguntó preocupada la nueva líder.
– Este... no, madam...
– Todo gracias a "cierto" cazador que cruzó informalmente la frontera de Rossiya con Eiyuu. – Explicó sin tapujos Botobai Gigante. – Y de hecho, este cazador es culpable del revuelo causado entre los civiles de Rossiya y los soldados custodios de Vartius, Señora Speedwagon.
En eso, Botobai dio una señal con su cabeza hacia un costado del plató, acto seguido, Zero Luminen apareció escoltando a un hombre. La líder del proyecto miró hacia esa dirección y sus ojos se sorprendieron de lo que observó.
El cazador que causó un terrible problema en los límites de Eiyuu, de contextura alta, vestido con un sweater burdeos, una capa marrón y pantalones grises, se quitó el sombrero y dejó ver una cara madura, avergonzada con una cicatriz en el ojo derecho, el cual era suavemente cubierto con mechones de su cabello largo, ondeado y blanco.
– Creo, Señora Speedwagon, que usted es la más indicada para castigar a su esposo. – Mencionó sutilmente el cazador miembro del Zodiaco, y se retiró del lugar.
– Tú no cambias, ¿Verdad? – Fue todo lo que le dijo Pirika Speedwagon a su marido, y este rió torpemente.
El bloque Fraser por completo se sorprendió al ver que la líder saltó a los brazos del cazador, abrazándolo fuertemente. Incluso Fraser y Luminen miraron hacia otro lado, aunque alegres al presenciar un casi reencuentro familiar.
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